SOUND LinkUpp - Jugamos con los niños

De vez en cuando, en casa se escucha: “¡Vamos a jugar a nuestro juego!” Y eso siempre nos llena de alegría. Nuestros hijos tienen realmente muchos juguetes y juegos entre los que elegir, así que nos hace aún más ilusión cuando escogen SOUND LinkUpp, el juego familiar y juego de construcción que creamos nosotros mismos.

Las piezas por sí solas ya son una invitación al juego: la madera cálida y suave se siente muy bien en las manos y despierta de inmediato las ganas de jugar.

¿Niños pequeños y concentración? Eso ya es todo un tema. Por experiencia propia sabemos que los niños de entre 3 y 6 años pueden concentrarse intensamente unos 15–20 minutos, y eso solo si ya conocen bien el juego y saben qué se espera de ellos. En nuestro caso fue igual. Al principio hubo que guiarlos un poco, recordarles lo que estamos haciendo y por qué, pero en cuanto entraron en el ritmo, se sumergieron cada vez más en la construcción.

Es hermoso observar cómo, con cada partida, aumentan su autonomía y capacidad de concentración. Recuerdan más pasos, saben dónde va cada pieza, y si algo no encaja, son capaces de detectarlo y corregirlo por sí mismos. Son pequeñas pero grandes victorias – para ellos y también para nosotros como padres.

¿Y la parte más divertida? ¡La demolición! Construir es genial, pero destruir... ¡eso sí que es emocionante! Risas, alegría y el clásico “¡Cuidadooo, lo tiro!” son algunos de nuestros momentos favoritos. Y las piezas que se retiran nunca se quedan ahí sin más – inmediatamente se transforman en nuevas construcciones, inventos o creaciones fantásticas. Sí, a veces interrumpen un poco el juego, pero ese desvío creativo es simplemente irresistible.

Al final logramos jugar dos rondas completas, lo cual consideramos un gran logro teniendo en cuenta la edad de los niños. Y lo mejor: nadie quería que terminara.

Son momentos llenos de risas, concentración, pequeños y grandes logros, y alegría compartida por crear juntos. Los niños se lo pasaron genial – y nosotros también.

¡Pruébalo tú también! Aunque la primera vez no salga como esperabas y la partida quede a medias, no te desanimes. Es completamente normal con niños pequeños – puedes retomarla más tarde o al día siguiente. Con cada nueva partida, no solo mejoran sus habilidades, sino también su capacidad de concentración, su paciencia y sus ganas de terminar lo que empezaron.

Lo más importante es disfrutar del tiempo juntos – y este juego, sin duda, te lo ofrecerá.